miércoles, 3 de diciembre de 2008

Bogotá:Crisol de fusiones


(Publicado en La Hoja - Bogotá Edición Agosto 2008)

El concepto de músicas urbanas es nuevo, se ha hablado de músicas campesinas, populares y eruditas, pero el fenómeno de la música urbana surge cuando hablamos de una experiencia callejera en la música. Las músicas negras en los Estados Unidos, el R&B y el hip hop constituyen un proceso cultural que nace en las calles. Vemos en Bogotá ese movimiento en la existencia de incontables grupos musicales.

Por una parte, existe una experiencia musical campesina, una música sencilla que podríamos llamar rural, donde el objetivo de la creación es acompañar los oficios y celebraciones del campesino, el de generar espacios de encuentro. Hay también una música citadina, una música popular urbana que recibe influencia de múltiples culturas y de otros tipos de música, que requiere cierto nivel de cultura musical. Existe una música que podríamos llamar erudita y que exige el manejo de la técnica, de la ciencia y del arte de la música, nace en las academias, en los centros del pensamiento y en las universidades. La música erudita requiere un proceso refinado de pensamiento musical, no se produce fácilmente en las calles aunque puede alimentarse de ellas. En medio de todo eso puede haber medias tintas: una música campesina que tenga un poco de música urbana o una música urbana que utilice un lenguaje más elaborado, más erudito.

Cuando empezamos a hablar de música urbana la diferencia radica en el concepto de creación musical. La música urbana nace en las calles, el escenario es la calle, es un juego donde los músicos se reúnen para divertirse y reconocerse, cada quien aporta desde su instrumento y desde su origen, hay una necesidad de compartir sus historias acompañados de sonido.

En Bogotá hay un movimiento serio de rock, de hip hop, de salsa y pop tropical. Los grupos visibles son pocos pero hay una enorme cantidad de muchachos que están trabajando en sus casas y en sus barrios. El movimiento de rock es visible y bajo esta fórmula del rock existen muchas expresiones que no son un rock clásico o “puro” pero que son rock porque comparten el formato instrumental y otros aspectos de identidad musical. Sin embargo, hay una mezcla de la instrumentación que define el carácter de la música, es el caso del ska y del mismo pop tropical. Se percibe la confluencia de muy diverso talento, el cual debería conducir a obras originales y novedosas.

Los festivales musicales en Bogotá
Para los creadores los festivales son instrumentos de trabajo que les conviene utilizar. Para que los festivales sean un espacio de crecimiento, los jurados requieren estar actualizados y es básico que tengan una orientación sociológica y antropológica, además de artística, que les permita ver lo innovador en lo que está pasando en Bogotá. No sólo deben juzgar por sus propios gustos: si les gusta el grupo X o Y, existe el riesgo que ello les sesgue y aquello que se les parezca sea evaluado positivo por similitud. En este sentido no ha habido un direccionamiento en los festivales que permita valorar los riesgos de la creación.

Paralelamente, algunos grupos quieren aprobación inmediata y se convierten en modeladores o imitadores, infortunadamente hay pocos innovadores o creadores reales. Por ejemplo, grupos que admiran el trabajo de U2 quieren repetir su éxito, lo más fácil -piensan ellos- es tomar ese modelo y buscar la aprobación a través de una música parecida. El camino de la originalidad lo ven azaroso e imaginan que los puede llevar al fracaso porque nadie lo conoce ni lo “tiene en el oído”. La primera es una técnica que han seguido las casas disqueras trabajando con nuevos cantantes pero con canciones tradicionales éxitosas ya comprobadas y sólo se permiten hacer temas nuevos con cantantes bien posicionados en el mercado y en el gusto del público. Trabajan con la aprobación de la memoria colectiva. Hacer propuestas nuevas es duro, cuesta trabajo pero es lo correcto. El creador debe hacer muchas propuestas, para que algunas sean acogidas por el público y este -finalmente es el juez- determine qué música queda en su afecto. Los festivales podrían ser una excelente oportunidad para mostrar experiencias nuevas pero suelen exaltar, por el contrario, las obras que se apegan a la tradición.

Creadores, academia y músicas urbanas
Por otra parte es indispensable que las universidades observen estos movimientos de creación, los acojan y los impulsen a través de una mirada académica. Las posibilidades que la educación ofrece para seguir construyendo una universidad que aporte a la cultura musical son viables con la investigación, la inversión a procesos creativos y la construcción y adecuación de espacios para esos procesos. La falta de movimiento y de engranaje entre estudiantes, profesores, directivos y ciudad es una responsabilidad de todos, pero falta motivación. El trabajo de los artistas ha de crear esta necesidad de movimiento: mover el interior de las personas ocurre cuando el artista los conmueve, cuando llega hasta lo más profundo de su espíritu. Si no llega no se mueven porque no han sido conmovidos.

Los artistas crean a pesar de las condiciones, pero en Bogotá se está a gusto gracias a un verdadero “hervidero” de ideas musicales. Bogotá es un crisol de fusiones. Es un popurrí donde se descompone y se compone a cada momento, y esa es la materia prima del creador. Es un punto de encuentro importante porque realimenta un cierto tipo de espíritu que corresponde a una forma de expresión que nos es propia.
Pero tambien existen expresiones de las músicas urbanas más conservadoras aunque igualmente válidas. En Bogotá la ópera tiene nuevas escenografías, nuevos directores, es una expresión que corresponde a una tradición que permanece en la conciencia de sus seguidores. Los asiduos a este tipo de expresión asisten para regocijarse con un espectáculo que les hace sentirse cómodos en su identidad aunque exista poca renovación y escaso lugar para las expresiones de creadores latinoamericanos. Ello contrasta con el teatro, donde la rotación de obras es constante: el Festival Iberoamericano de Teatro permite airear de una forma extraordinaria la dinámica de la ciudad con obras, propuestas y conceptos nuevos que influyen en la sociedad, si bien los músicos no tenemos esa posibilidad, se está trabajando en esa dirección, sin embargo ello debe suceder sin miedo al riesgo de la creación y la novedad. Bogotá es un centro de operaciones vigente y vibrante para los creadores

1 comentario:

Germán P dijo...

Estimado Profesor reciba un cordial saludo; nos preguntan acerca de un cd publicado por zumaquemusic, que se llama PACIFICAMENTE; ganadores del petronio alvarez.

Nos gustaria saber donde se puede conseguir.
gracias

German
contactenos@petronioalvarez.com
http://petronioalvarez.com